Cuando comencé mi primer blog, hace 12 años, los lectores solían comentar que antes de conocerme, pensaban que era una mujer mucho más joven de lo que en realidad era en aquel entonces. No es que escribiera niñerías ( no tanto pues), o temas de moda, sino que "mi voz escrita" sonaba así, joven.
Creo que tenía que ver más con mi estado de ánimo al escribir. Recién había re encontrado mi pasión por las letras y un nuevo espacio para plasmarlas, y el gozo cada día que escribía una nueva entrada era inocultable.
La pasión tiene ese poder. Nos da vida, energía, horas extra en el reloj, más tinta. La pasión nos da el poder de ser sin edad.
No se se necesita acta de nacimiento para sentir sin censura, ni para crear sin límite, ni para entregar tu tiempo a una causa. La juventud es más un estado mental que físico.
Pero esto no es nada nuevo, ya lo sabes. Luego vuelvo a hablarte de cosas más importantes, el sargazo en las playas de México, por ejemplo. (calla, se cose la mente y se va)

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